NUESTRA HOGUERA
Amor que llegaste a mí en una tarde gélida de invierno,
sentados frente a la hoguera entre edredones y cojines mullidos,
nos mirábamos, hablábamos, reíamos ¡nos necesitábamos!
nos cojimos de las manos y nos abrazamos,
sentí tus lágrimas en mi mejilla al rozárnoslas,
nuestros labios se juntaron suamente hasta fundirse
nuestras bocas en una
nuestros cuerpos encendidos por el calor del hogar y la pasión
se fueron juntando hasta convertirs en sólo uno,
sentí tu cuerpo sensible y vergonzoso, ¡yo lo arrullé!
Entonces...
Retozamos, gozamos hasta el infinito sintiendo el placer más
enervante...
Amor, nunca olvidaré mi dulce tarde gélida extramuros
y ardiente y placentera en nuestro universo,
¡Amor, esa tarde nací!, ¡esa noche me crecí!, y desde entonces,
de amor estoy viviendo y muriendo por tí.
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